Una alternativa para hacer volar la madera sustentables, ante el exponencial crecimiento del tráfico aéreo
25 DE MARZO, 2022
Ante el exponencial crecimiento del tráfico aéreo y de las emisiones de CO2 al medioambiente, son cada vez más los terminales que optan por esta materia prima, ya sea como parte de su estructura o como elemento principal para la creación de nuevos espacios. La tendencia apunta hacia una construcción sostenible que, además de entregar calidez y hospitalidad, genere una positiva imagen del país para aquellos que lo visitan.
Según la psicología, la primera impresión es una atribución rápida e inconsciente de rasgos estables de la personalidad. Y aunque estas señales pueden desvelar una parte de nosotros, no siempre se relacionan de una manera lógica con las mencionadas atribuciones. Llevándolo al caso de los aeropuertos alrededor del mundo, el hecho de que estas edificaciones sean el primer contacto que los viajeros tienen con el país de destino, demuestra el especial interés de los gobiernos por su imagen y funcionamiento.
Por lo mismo, y teniendo en cuenta que la madera es un elemento que posee una serie de ventajas medioambientales, estéticas y constructivas, es que varios países —incluyendo Chile— han optado por esta materialidad para modernizar dichos recintos, otorgándoles un carácter ecológico, vanguardista y, en definitiva, más amigable con el planeta y con las miles de personas que lo utilizan cada día.
A continuación, considerando todas estas variables, una compilación de varios aeropuertos alrededor del mundo que han optado por diferenciarse al utilizar madera, aprovechando su alta eficiencia energética, su maleabilidad y su armonía estética.
Aeropuerto Oslo
El terminal ha sido catalogado como “el más verde y ecológico del mundo” / Ivan Brodey
Con la importante misión de reducir en un 50% el consumo energético de toda la construcción, este terminal aéreo noruego fue abierto al público en abril de 2017, permitiendo aumentar su capacidad a 32 millones de pasajeros por año. Calificado como “el más verde y ecológico del mundo”, debido al uso de piedra y madera como materialidades principales, también se suma a la incorporación de tecnologías que promueven la eficiencia energética de la obra.
Haciendo hincapié en la madera, ésta proviene de bosques cultivados de manera sostenible, la cual contribuye, además, a que el edificio sea único en el mundo, pues es el primer aeropuerto en obtener el sello de eficiencia en la clasificación BREEAM. Un método que permite conocer el desempeño ambiental de las construcciones. En definitiva, esta materia prima, además de poseer alta eficiencia energética, le entrega una identidad nórdica muy propia a la edificación, haciendo sentir a los viajeros que están en un sitio específico y diferente.
Ampliaciones en Prince George Airport
La estructura fue levantada en base a postes y vigas de Glulam / M.G.A.
Ubicado en la Columbia Británica de Canadá, el edificio —construido originalmente en 1970— fue ampliado con el objetivo de representar a la comunidad en la que está situado. Para ello, y teniendo en cuenta que la silvicultura es la actividad predominante en la zona, es que se optó por un amplio uso de la madera para los nuevos espacios. De esta forma, se consideró una estructura levantada en base a postes y vigas de Glulam, obteniéndose de madera de abeto Douglas.
El proyecto incluyó una nueva sala de embarque, área de llegadas internacionales, área de control de seguridad, sala de recuperación de equipaje, oficinas de apoyo y renovaciones en la sala de facturación y en áreas de llegadas existentes. Así, el armazón está expuesto a maderas pesadas, hormigón y acero, centrándose el diseño en la artesanía de los detalles estructurales y envolventes.
El estudio de arquitectos encargado de llevar a cabo este propósito fue The Office of Mcfarlane Biggar Architects + Designers Inc, los cuales también realizaron remodelaciones con esta materia prima en otros aeropuertos canadienses. Uno de ellos fue el Canadian Rockies International Airport —donde se mezcló el material con amplios ventanales de vidrio—, mientras que el otro correspondió al Aeropuerto Internacional Fort McMurray, destacando la estructura de madera maciza en el techo.
Aeropuerto Internacional de Mactan Cebú
Sus arcos, de 30 metros, están hechos de madera laminada / Dezeen
Como una puerta de entrada simbólica a Filipinas, este destino playero inspiró con sus olas la estética ondulante de la techumbre. De esta forma, las referencias contextuales abundan en todo el diseño, el cual comprende varios arcos rematados con un techo de metal ondulado, pretendiendo recordar la superficie brillante del océano circundante. Deteniéndose en los arcos grandes, podemos decir que cada uno es de alrededor de 30 metros y están hechos de madera laminada con pegamento, siendo unidos por miles de costillas de madera más pequeñas, con el fin de conformar una estructura esquelética.
Este marco reduce el número de columnas requeridas y crea un volumen interno muy abierto, lleno de luz natural por secciones acristaladas en cada extremo, condimentado por tragaluces que corren a lo largo de los vértices de los techos. Asimismo, el uso de la madera expuesta en todo el espacio, está destinado a generar un ambiente acogedor que, según el equipo del proyecto, ayuda a invocar “la calidez y hospitalidad tan reconocida entre los filipinos”.
Aeropuerto Internacional de Madrid
La cubierta fue realizada a base de láminas de madera de bambú / A.I.M
Ideado por el destacado arquitecto inglés Richard Rogers —ganador del Premio Pritzker en 2007 y fallecido recientemente en diciembre de 2021—, el Área Terminal del Aeropuerto Internacional Madrid Barajas (T4), está compuesto de tres edificios: “Terminal”, “Satélite” y “Aparcamiento”. Dicho más gráficamente, cerca de medio millón de metros cuadrados construidos, distribuidos en seis niveles, fueron unificados visualmente mediante los revestimientos exteriores y una cubierta vegetal de 56.000 m2.
Por sobre las cabezas de los que allí transitan, la prolongación de una cubierta, realizada a base de láminas de madera de bambú, pronuncia grandes olas y curvas a través de la flexibilidad de este material. También, los módulos del Edificio Terminal fueron separados por grandes grietas de luz, denominadas “cañones”, logrando una iluminación natural de los niveles inferiores del edificio y, a su vez, formando parte de una estrategia medioambiental global relacionada con la calidad del aire y el entorno natural. Ésto permitió la utilización de energías alternativas, reducción de consumo energético y menores gastos en mantenimiento y conservación.
Casos chilenos
Aeródromo Desierto de Atacama
Su cubierta fue realizada con madera laminada, con vigas de hasta 30 metros / I.P.A
Construida con vigas de 30 metros de madera laminada, la estructura evoca un ala suspendida en el viento. Una de las principales novedades, y que incluso lo ubican como un caso único en Chile, es que la cubierta fue íntegramente hecha en base a este material; trabajo al que posteriormente se le aplicó un revestimiento metálico.
Inaugurado en 2005, su construcción se enmarcó dentro del Segundo Programa de Concesiones del Ministerio de Obras Públicas (MOP), convirtiéndolo —al momento de su ejecución— en uno de los aeródromos más modernos del país.
Aeropuerto Internacional Carriel Sur, en Talcahuano
En su techumbre destaca el uso de pino radiata / Agencias
Si bien en el diseño antiguo del edificio ya había presencia de madera, tras su remodelación destaca el uso de pino radiata en las techumbres del primer y el segundo nivel. La idea era que los pasajeros pudieran apreciar el material durante todo el trayecto que hicieran en el lugar, otorgándole, además, una identidad específica al tratarse de un producto típico de la zona. Asimismo, el partido arquitectónico responde a un gran espacio que acoge al pasajero y sus acompañantes, abierto y claro, orientando el recorrido hacia la sala única de embarque en el segundo nivel. Este gran hall se constituye en una plaza que alberga el estar, comprar, comer y mirar, bajo un cielo de madera de doble curvatura y muy propio de la localidad.
Aeropuerto Internacional Arturo Merino Benítez
La renovación del principal aeropuerto del país también utilizó madera laminada / Agencias
Tras cinco años de construcción y sin detener los vuelos, incluso en pandemia, se inauguró la extensa renovación del área internacional de servicios del principal aeropuerto del país. Una de las mayores inversiones en infraestructura pública en Chile en décadas y que dejará a la capital con el terminal aéreo más moderno de Sudamérica.
Dentro de sus innovaciones, éste cuenta con 12 pasarelas de madera laminada, las cuales están destinadas al embarque de pasajeros. Cada una mide 14,5 metros de alto y 1,40 metros de ancho y, en relación a su tratamiento, se optó por el cobre micromizado para evitar la pudrición por el agua o por agentes devoradores de este material, tales como las termitas. También, se le aplicó un barniz de poro abierto en base a agua para lograr una resistencia al fuego de forma pasiva, otro de los requerimientos esenciales. De hecho, la estructura no tiene ningún elemento metálico a la vista, haciéndola aún más segura -.
La obra ubica al aeropuerto chileno como un terminal aéreo de primer nivel mundial, sumándose a otros que optaron por las ventajas de la madera para su edificación o remodelación —como Noruega, Filipinas y Canadá— y que también buscan adquirir su propia identidad.