La madera se está haciendo un hueco en el país como material para edificar. En un sector dominado por el ladrillo, el hierro, el hormigón y el cemento, y que supone el 40% de las emisiones de CO2 de la Unión Europea, el aumento de la demanda de este material natural en los últimos años, aunque difícil de cuantificar aún, ha llevado a empresas como el grupo Finsa (Financiera Maderera S.A) a impulsar una nueva fábrica de madera contralaminada (CLT) en A Coruña, que estará operativa en febrero de 2021.
Hasta ahora solo había dos fabricantes de madera en España, uno en Euskadi (Egoin) y otro en Catalunya (Fusteria Sebastia). «Ellos tienen procesos más artesanales, mientras que los de la fábrica gallega, la de Xilonor, serán industriales», explican desde el grupo gallego. El fenómeno del auge de la madera para edificar se ha estudiado en otros países de Europa. En Noruega, por ejemplo, la demanda anual de madera contralaminada pasó de 5.000 m3 en 2004 a 70.000 m3 en 2018, según el proyecto de investigación Holzkurier.
«Si el 80% de los nuevos edificios residenciales de Europa fuera de madera, y la madera se utilizara en las estructuras, revestimientos, superficies y mobiliario de las casas, los edificios almacenarían 55 millones de toneladas de dióxido de carbono al año», precisa un estudio publicado recientemente por la Universidad de Aalto en Finlandia. «Eso equivale a cerca del 47% de las emisiones anuales de la industria del cemento en Europa», precisan los autores.
En España, la deforestación que acarreó la construcción naval para la armada en los siglos XVI y XVII descartó la posibilidad de construir con madera como se hacía en Escandinavia, por ejemplo. Cientos de años después, sin embargo, el sector constata que la edificación de bajo impacto va ligada, cada vez más, al uso de este recurso forestal.
Fuente El DIario Marta Montojo