Hoy recuperamos un clásico de la arquitectura con madera, bastante desconocido en nuestro país y actualmente en peligro de desaparación. Se trata del pabellón temporal (aunque luego se decidió conservarlo) concebido por Frei Otto, junto a Carlfried Mutschler y Ove Arup, para la Exposición Alemana de Jardinería de 1975, celebrada en el parque Herzogenrid de Mannheim.
Dado que fue concebido para durar sólo unos meses, el paso del tiempo ha hecho grave mella en el estado de conservación y su estado de deterioro obliga a una rehabilitación integral urgente. Aunque el edificio está catalogado como Bien Cultural desde 1998 y recientemente ha surgido un movimiento organizado en la ciudad para mantenerlo, si no se encuentra la financiación suficiente dentro de poco tiempo corre serio peligro de ser demolido.
Tras ganar en 1971 el concurso de proyectos convocado al efecto, la primera idea de los arquitectos Carlfried Mutschler y Winfried Langner fue crear una gran cubierta a base de enormes paraguas suspendidos en el aire por globos de helio. Tras desechar esa opción por sus muchos problemas técnicos, decidieron apostar por la arquitectura textil y acudieron a Frei Otto para que les aconsejara, el cual acabó incorporándose al proyecto como consultor. Fue entonces, ya de la mano de Otto, cuando se decantaron por el sistema de malla doblemente curvada, que éste había experimentado en proyectos anteriores (si bien a una escala mucho menor). La cubierta del edificio fue diseñada como una superficie geodésica continua y de gran complejidad geométrica, formada por una trama cruzada de listones de madera de cicuta que cubre un espacio de 7.400 m2 en planta y alcanza una altura máxima de 20 metros.
En los dos espacios multiusos principales salva luces de 30×55 y 60×80 metros, respectivamente. Para el cálculo de la estructura se incorporaron además Edmund Happold and Ian Liddell, de la firma Ove Arup.
Las obras del pabellón comenzaron finalmente en diciembre de 1973 y se inauguró el 18 de abril de 1975.
Estructura
Para determinar la forma de la cubierta se recurrió a una maqueta a escala 1:100 con una malla de cables suspendidos. Cada cable de la malla representaba, en este modelo, a tres listones de madera en el edificio real. La forma anticatenaria o inversa a la del modelo estaría, para ciertos estados de carga (sin presión de viento y sin sobrecarga de nieve), sometida exclusivamente a esfuerzos de compresión.
Este modelo permitió el control de la curvatura de la bóveda, ya que cuanto mayores fueran sus radios de curvatura menor sería su rigidez, pero radios de curvatura muy pequeños podrían implicar la rotura de los listones de madera durante el montaje. Las curvaturas fueron, entonces, aproximándose gradualmente a los valores óptimos, modificándose paulatinamente la geometría y las condiciones de apoyo de la cubierta, así como ajustándose progresivamente las longitudes de los distintos listones de madera.
La malla se montó en obra en horizontal y, una vez ensamblada, se fue elevando por partes apoyada en andamios. De esta forma, por su propio peso, iba adquiriendo la curvatura deseada. Una vez alcanzada la posición definitiva, se fijó todo el perímetro para que la malla entrara en carga
Fuente BAUMAD.COM