Los gigantes del bosque echan raíces en la gran ciudad. La arquitectura se reinventa apostando por tendencias tan innovadoras como los rascacielos hechos de madera. Canadá y Noruega han impulsado esta revolución sostenible y Japón acaba de anunciar que va a llevarlos aún más arriba. La carrera ha comenzado.
La nueva era de la madera ha llegado a la gran arquitectura urbana. Desde hace algunos años es tendencia diseñar edificios cuya estructura se basa en este material, lo que no deja de ser, en cierto modo, una vuelta al pasado.
Di esta tendencia desarrolla todo su potencial, las ciudades se convertirán pronto en gigantescos bosques de altos edificios construidos con madera y con numerosos jardines. Una innovación que va a generar miles de nuevos empleos en la construcción y la fabricación de materiales ecológicos en la zona y, además, permitirá edificar casas en un tiempo inferior a que exigen los métodos convencionales.
Uno de los primeros países en lanzarse a construir un súper edificio de gran altura con la madera como material básico fue Canadá. Situada al norte de North Parkade y al este de Brock Hall, en Walter Gate Road, la residencia de estudiantes Brock Commons en la Universidad de British Columbia (UBC), en Vancouver, es conocida como Tall Wood Building, Las placas de cada piso y las estructuras de soporte están hechas con vigas de madera laminadas pegadas entre sí bajo una fuerte presión. La fachada de la torre se compone básicamente de paneles de madera prefabricados.
Diseñado el edificio por la empresa canadiense Acton Ostry Architects Inc., su construcción fue posible gracias al esfuerzo colaborativo de varias compañías. Con sus 53 metros, fue, en su momento, el edificio de madera más alto del mundo. Alberga a 404 estudiantes en su entramado de estudios con un dormitorio, espacios sociales y una sala en el piso superior. Gracias a su meticulosa planificación y a un proceso de prefabricación en un modelo detallado en 3-D el Brock Commons se completó en tan solo 70 días, un plazo mucho menor al que hubiese necesitado un edificio del mismo tamaño fabricado en hormigón.
Canadá ya está proyectando, también en Vancouver, un nuevo rascacielos de madera bautizado como Canada Earth Tower, que se ubicará en el corredor Central Broadway y cuya meta inicial es llegar a los 40 pisos. En total, 200 viviendas, con un jardín exterior en la cara sur cada tres pisos, con una zona de oficinas de lujo, restaurantes y locales comerciales. Promete convertirse en un precedente y una referencia en la construcción de edificios ecológicos
Noruega sigue los pasos
Con la madera como uno de sus recursos naturales más abundantes y un nivel económico elevado, es lógico que Noruega se sumase a esta iniciativa de construir edificios sin hormigón ni acero.
En la ciudad de Burmunddal, a hora y media por carretera al norte de la capital, se haya al edificio construido en madera más alto del mundo. Con 85,4 metros de altura y 18 pisos, el rascacielos Mjøstårnet inició su construcción en abril de 2017. En él hay un hotel, oficinas, apartamentos, un restaurante y varias zonas comunes. Su promotor es el inversor noruego Arthur Buchard y la constructora del armazón de madera fue Moelven, una empresa que en 2015 ya logró el record de altura en un rascacielos hecho con este material con el edificio The Tree y sus 51 metros.
Japón irrumpe con un ambicioso proyecto
La carrera hacia el cielo no se detiene, pero seguramente va a ser difícil superar el proyecto que el diseñador y productor de madera japonés Sumitomo Forestry ha presentado. Nada menos que un rascacielos de madera de 350 metros de altura en Tokio. Una impresionante estructura a la que se ha bautizado como W350, cuya construcción se alargará durante 20 años y con fecha de culminación cerrada para 2041.
La torre japonesa, que se ubicará en pleno centro de la capital nipona, contará con nada menos que 70 niveles y en ellos se instalarán apartamentos, oficinas y tiendas. Su superficie total será de 455.000 metros cuadrados y la madera autóctona será el componente principal en el 90-95% del edificio que estará cubierto por diferentes tipos de plantas trepadoras que rodearán este enorme tronco de árbol. El 5%-10% restante son complementos de acero cuya finalidad será controlar los frecuentes terremotos que sacuden la zona.
Una obra así no es, evidentemente, barata. Su coste inicial se ha calculado en algo menos de 4.535 millones de euros. Eso supone el doble de lo que costaría construirlo en acero y hormigón, pero la empresa encargada de la obra confía en que los avances tecnológicos abaraten el presupuesto.
La madera como material de futuro
Estas tres ciudades son un ejemplo pero muchas más se han sumado al reto. Sin ir más lejos, Chicago tiene en construcción un edificio de madera que `tan solo´ alcanzará los 244 metros de altura. Hasta ahora, los arquitectos se habían mostrado reacios a utilizar madera para construir edificios de gran altura por miedo al fuego pero también por un temor a la resistencia estructural y por temas económicos.
Sin embargo la construcción con madera tiene numerosas ventajas, ya que es más rápida su edificación, ya que no hay tiempo de secado, es aislante del ruido y de la temperatura y reduce la contaminación del carbono. El arquitecto Michael Green considera que la sociedad actual debe replantearse los sistemas de construcción y sustituir el acero y el hormigón por la madera como fórmula para reducir las emisiones de gases por efecto invernadero.
El sistema denominado FFTT/ Find The Forest Through The Trees (Encontrar el bosque entre los árboles) deja una huella de carbono considerablemente menor que el uso del hormigón y el acero. Así, el primero sólo se utilizaría para los cimientos y la base y el segundo en el perímetro para proporcionar resistencia al viento y los seísmos. En cuanto al fuego, el edificio W350, por ejemplo, está preparado para resistir las llamas durante al menos tres horas y el agua de las fuentes y cascadas, así como el revestimiento vegetal evitarán que el incendio se extienda con facilidad.
Con este sistema en alza, las ciudades se convertirían en grandes bosques, lo que aumentará la demanda de madera y contribuiría a revitalizar la masa forestal.
FUENTE ELPERIODICO:COM